El líquido de frenos es indispensable al igual que los demás elementos que componen todo su sistema que son esenciales para vuestra seguridad. En Motor DYE os queremos hablar sobre su mantenimiento y qué ocurre si no se hace.
El líquido de frenos es el encargado de transmitir la fuerza que se ejerce en el pedal del freno de tu coche a los frenos de las ruedas. Este líquido transmite de excelente manera la presión y la fuerza, realizando la misma función que un cable eléctrico.
El líquido de frenos debe ser de alta calidad y tener un nivel adecuado, de manera contraria puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes. La eficacia de la frenada y la estabilidad del sistema dependen de estos factores.
En el mercado existen varios tipos de líquidos de frenos para los diferentes vehículos. En la escala DOT, basada en su punto de ebullición, la temperatura en la que se produce este fenómeno por el sobrecalentamiento, se traduce en disminución de su eficacia y la aparición de burbujas.
- DOT 3: Se utiliza en frenos convencionales. Es el más común y económico.
- DOT 4: Se utiliza en frenos convencionales y también en el ABS. Tiene un punto de ebullición mayor que el DOT 3, además de contar con mejores prestaciones y durabilidad.
- DOT 5: Se utiliza en vehículos que cuentan con un líquido de frenos de base sintética, en lugar de mineral. No puede ser mezclado con líquidos de frenos DOT 3 y DOT 4, ya que estos tienen una base mineral. Tienen un punto de ebullición mayor que los dos anteriores.
- DOT 5.1: Este tipo de líquido tiene el punto de ebullición más elevado y es de base mineral. La mayor ventaja de este tipo de líquido de frenos es que tiene mayor capacidad de absorción de humedad.
Es esencial usar el líquido de frenos recomendado por el fabricante para también evitar la aparición de burbujas en el circuito cerrado que forman el equipo de frenos.
Para comprobar el nivel del líquido de frenos puedes hacerlo a través del depósito que queda a la vista bajo el capó del coche. El líquido debería estar entre los indicadores de mínimo y máximo, en caso de que la cantidad sea inferior se puede rellenar. Aunque ese consumo puede advertir algún tipo de fuga o deterioro del líquido por lo que es aconsejable una revisión cualificada ya que el líquido de frenos es corrosivo y se necesita precaución al manipularlo.
Debes estar pendiente de alguna irregularidad en el accionamiento del pedal del freno ya que advierte la presencia de aire en circuito o del deterioro del líquido que exige su sustitución. Desde Motor DYE os recomendamos sustituir el líquido de frenos cada dos años o al menos no superar los cuatro años de uso ya que la frenada puede verse afectada por sus malas condiciones.
Recuerda que si necesitas un chequeo preventivo o algún servicio de mantenimiento puedes pedir tu cita taller.
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