Cuando pensamos en pasar la revisión a nuestro coche, debemos tener en cuenta el sistema de suspensión, ya que se encarga de facilitarnos una conducción cómoda y evita que notemos los baches de la carretera. Pero, ¿Qué es? Un sistema de suspensión es el conjunto de componentes mecánicos que unen la parte suspendida del vehículo con la superficie rodante. Por lo tanto, este sistema soporta el peso de la masa suspendida.
El sistema de suspensión está compuesto por componentes elásticos o flexibles y elementos amortiguadores. Los componentes elásticos son las ballestas, muelles, barras de torsión… Estos elementos desempeñan una de las funciones de seguridad más importante, ya que aseguran el contacto de la rueda con la carretera.
Por su parte, los elementos amortiguadores evitan que los usuarios del vehículo sientan las irregularidades del terreno, es decir, absorben parte de la energía generada por la circulación del vehículo. Existen varios tipos de amortiguadores: hidráulico, hidráulico con válvulas, de doble tubo, monotubo, regulable en dureza, regulable en suspensión, reológico y de frecuencia selectiva.
Un fallo en el sistema de suspensión puede tener consecuencias graves, ya que tiene serias implicaciones en la seguridad. Uno de los principales movimientos que nos avisa de que puede haber un problema en nuestro sistema de suspensión es que notemos de manera brusca los baches en la carretera. También es muy habitual que el vehículo se desplace hacia un lado mientras conducimos.